viernes, 8 de julio de 2011

¿Por Qué Todavía Necesitamos Imperios?... (I)



Googleando -¿será verbo?- me llega tardíamente un artículo de abril del 2002 escrito por Robert Cooper secretario adjunto de defensa y de asuntos de ultramar del bandido y ex primer ministro de Inglaterra Tony Blair, promotor de la idea de la tercera vía,  titulado Por Qué Todavía Necesitamos Imperios. Hago esta entrada sobre el tema porque esa idea la sostengo desde hace muchos años, desde mediados de los noventa, o sea, antes de que este artículo se diera a conocer. Pero no se hagan falsas apreciaciones lectores y seguidores de este, mi rinconcito virtual, soy opositor del imperialismo, poseo pensamiento considerado liberal, sustancialmente democrático.

El problemita que tengo con la opinión del caballero citado arriba es que el plantea ocultamente un nuevo imperio por parte de la entonces recién formada Unión Europea. Soy de opinión de que el mundo como lo conocemos, con sus diferencias políticas, económicas y si se quiere étnicas, funcionaría con mayor caos si no existieran potencias imperiales. Sabemos de las apropiaciones y expropiaciones que son llevadas a cabo en contra de países con Estados débiles y fallidos, de las guerras abusivas donde arrasan con parte de la población sin ningún tipo de sentimientos, todo por fortalecer oligarquías financieras que no tienen otro tipo de objetivo que controlar, manipular e imponer su poder.

Una familia necesita, conjuntamente con todo lo demás, la autoridad firme de los padres; en una sociedad por igual, fuerzas armadas y policías que representen el monopolio de la violencia por parte del Estado nacional y que impongan el orden cuando ameriten las circunstancias. Extrapolo y doy el salto: la humanidad necesita Estados nacionales que cuenten con las fuerzas necesarias para mantener el orden internacional dentro de un rango tolerable, y que difícil es deslindar eso de tolerable. En ocasiones me pregunto qué pasaría entre las coreas o entre la india y Pakistán sin el ojo observador imperial. La razón que afecta este mundo unipolar es que sea unipolar, no tenemos un equilibrio de potencias.


Yo no sueño despierto (al menos hago el intento) y cuando expreso mi opinión no lo hago haciendo oposición. Soy Anti imperialista, pero no iluso. El mundo que deseamos no es el que tenemos, y como decía el apóstol cubano José Marti “nuestro vino es agrio, pero es nuestro vino”. Así como insisto siempre que tenemos que trabajar con el hombre que es y no con uno idealizado, digo que tenemos que desenvolvernos con las sociedades que tenemos, no con las que aspiramos.

Pero sucede que Cooper dice cosas como estas: “El mundo posmoderno tiene que comenzar a conseguir que sea utilizado un doble estándar. Entre nosotros, operamos sobre la base de leyes y seguridad cooperativa abierta. Pero, cuando tratamos con Estados a la vieja usanza fuera del continente posmoderno de Europa, necesitamos volver a los métodos rudos de una era más temprana: la fuerza, el ataque preventivo, el engaño, cualquier cosa es necesaria para tratar con aquellos que todavía viven en el mundo del siglo XIX de cada Estado por sí mismo. Entre nosotros mantenemos la ley pero cuando estamos operando en la selva también debemos usar las leyes de la selva. El prolongado período de paz en Europa ha creado una peligrosa tentación de descuidar nuestras defensas, tanto físicas como psicológicas. El desafío planteado por el mundo premoderno de Estados fallidos es nuevo. El mundo premoderno es un mundo de Estados frustrados, los cuales han perdido el monopolio de o la legitimidad para el uso de la fuerza, con frecuencia ambos.”

Primero el señor Cooper se niega a mencionar a Estados Unidos De América como parte del mundo posmoderno (palabrita que siempre la he considerado disparatada) y ya de por sí percibo en su articulo cierta visión competitiva para con el imperio. Luego pretende jugar con la inteligencia del lector cuando habla de que hay que usar métodos duros y de la selva cuando se trate con los países atrasados o premodernos, escondiendo con ello la real intención de su tesis que no es la defensa de Europa ni de su llamada posmodernidad, sino la de competir en el asalto de los bienes materiales de los países que no están en capacidad de defenderse. Apoyarse en el bastón de los atentados del 11 de septiembre del 2001 para justificar acciones de este tipo es una simpleza de análisis que no merece ponderación.


El artículo es una prenda de maniqueo constante; pretende que la mente del lector se centre en sus ideas bien expresadas, pero lamentablemente no todos los que leemos esas pretensiones presentadas como análisis, caemos en el juego aquel de “ni contigo ni sin ti…”

3 comentarios:

clariana dijo...

¡Hola Soy!
Este planteamiento que este señor expone entre los estados civilizados y los selváticos es bastante erróneo y muy peligroso.
Pretender que por creernos más avanzados, tenemos que actuar con ellos de la manera que se actúa en la selva, es constatar que todo lo que hemos aprendido, todo lo que de positivo nos han legado nuestros antepasados a través de años de lucha y de belicosidad, no nos ha servido de mucho.
Sí que es necesario un orden pero no al estilo de la globalidad, con ese abuso de poder de los que ostentan, de los que mueven el capital sobre los que poco o nada tienen y si tenían se les ha arrebatado fraudulentamente, haciendo alarde de esa superioridad y aprovechándose de las ricas materias de paises pobres.
Cuando los fines de los gobiernos, de los políticos, de los bancos, de la policía, no son los verdaderos fines a los que debían de servir, aquí tenemos un gran problema y que no está muy lejos de esa selva a la que alude.
Gastar en armamento tanto dineral, cuando existen 43 millones de refugiados en paises subdesarrollados y tanto hambre en el mundo, es para dudar una y mil veces de esos imperios, para pensar que la vida nada vale para ellos.
En fin, un tema arduamente complicado, del que debería de conocer más, aunque mi posición la tengo clara, como observo que tú también.
Un saludo.

Carlos dijo...

Bueno, parece que el ser humano no está "hecho" para vivir en grandes grupos.

De todas maneras, vaticino que no habrá progreso allí donde la inteligencia se esfuerza por desarrollar soluciones, en búsqueda de un pragmatismo extremo, que colindan con una visión de lo humano desesperanzadamente fatalista.

soy... dijo...

Carlos

Progreso económico lo tienen, pero no tendremos estados realmente globalizados mientras durante siglos un por ciento de la población vive en abundancia y otro muriendo por falta de comida. Pero eso que digo es un discurso viejo, que lamentablemente no ha podido ser superado.

Gracias por comentar.

Un saludo.