domingo, 30 de diciembre de 2012

¡¡¡LA TAMBORA…. es aborigen!!!


Precioso articulo escrito por el magistrado y publicado en un diario local.


Escrito por: Fernando Casado

El proceso de aculturación de nuestra tambora se hace más relevante ante la irrupción del “tamboril regional español”. Expresión instrumental, fundamentalmente trascendente en la síntesis del criollo instrumento, desde la inserción conquistadora. La prehistoria le ubica entre elementos pictografiados en las cantigas de Alfonso X.

Luego, el desconcertante descubrimiento de doña Flérida de Nolasco en estas remotas cantigas, en cuanto a la presencia de rasgos musicales similares a nuestro “carabiné”, nos obliga a replantear y redimensionar sus afirmaciones en un plano trascendental, ante el surgimiento de un segundo y espectacular elemento, intrínseca y esencialmente ligado a las raíces viscerales de la música dominicana:

“Para llegar hasta el remoto origen del carabiné tendríamos que retroceder al siglo XIII, a las Cantigas de Alfonso el Sabio, donde fui yo la primera en encontrar su germen rítmico en la Cantiga 299, que es un claro e indiscutible modelo de lo que debía ser andando los siglos la danza antillana”. (F. Nolasco).

La síntesis del “tamboril español” y la “tambora” aborigen “de una calabaza con dos pieles de jutía”, es síntoma inequívoco de sólida concreción cultural. Colón transporta desde Canarias variedades de especies: cabras (chivos), ovejas, etc., utilizados, tradicionalmente, para encorar igualmente el “tamboril español”.

La similitud en términos físicos. El excepcional “golpeo de abajo hacia arriba”, tradición en nuestros tamboreros. El hoyuelo para que “respire” el repique, así como detalles de construcción y ejecución, coinciden en más que determinantes similitudes.

La “tambora” de tablillas es evolución hacia una mayor amplificación del sonido, que su elemental tamborillo  no aportaba. La “intensificación” sonora era ejercicio y empeño del aborigen, de ahí el “mayouacan”, el “fotuto”, o el “caracol” para comunicarse a distancia. Es contundente y definitor el rasgo similar del “tamboril español” percutido con UN SOLO “PALITO”. Las referencias son tan iguales que podrían asumirse a nuestra “tambora” y no al “tamboril español”:

“Atendiendo a su clasificación, el tamboril es un membranófono cilíndrico percutido con baqueta. El sonido se genera al dar un golpe con un palo en una membrana tensa... El cuerpo cilíndrico puede fabricarse de un tronco ahuecado, una lata vacía o una chapa de madera a la que se da forma cilíndrica.

La piel puede ser de cabra  (¡¡chivo!!, F.C.), oveja o más raramente de perro  (existía el perro mudo aborigen) o venado.

Las pieles se tensan con cuerdas y abrazaderas de cuero… La técnica de golpeo es de abajo hacia arriba y con movimientos de muñeca, tejiendo ritmos rápidos y recargados… Se utiliza eficazmente el golpeo en el aro y otras partes del parche logrando distintas intensidades sonoras (como en la sierra salmantina y norte de Cáceres).

“En todos los casos el tamboril se golpea con una sola baqueta y con la mano derecha”… “hacer un pequeño agujerito (de unos 6 u 8 mm) en el centro del cuerpo del tamborete para que salga el aire al golpear el parche cuando tocamos”… “En la época de Carlos V (el emperador Carlos V fue quien propiciara el acuerdo de paz con Enriquillo, F. C.) y posteriores, el tamborilero era el que enseñaba las danzas y bailes en la corte, teniendo puestos privilegiados ente los servidores”.

La lista de regiones de España donde ha vestido la tradición el prehistórico “tamboril” podría lucir exagerada, más su herencia nos crece exuberante frente a los montes heroicos del Cibao.

Con su enramada de sonrisas y mujeres hermosas o sus héroes vestidos de sueños y banderas, donde retumba al cinto del canto el merengue en polvareda de siglos o el machete glorioso donde comenzaron a inventar la historia. ¿De dónde surgió el nombre de aquel Edén cibaeño?: “Tamboril”.

Es hora de decirlo. Los entusiastas y muy bien enterados tamborileños nos cuentan la “historia de su fundación”:

Primera  versión: “Que ¿de dónde vino ese nombre? Bueno, los entendidos saben que la variedad más grande de tambores la tienen los españoles, y precisamente ellos tienen una especie de tambor que se llama tamboril, lo que da pie para que más o menos creamos en una versión dada amén una de mis investigaciones.

Dado a nuestro clima, era frecuente el paso de los españoles por esta zona. Un día hicieron ellos un campamento, abrieron sus casas de campaña y se alojaron en la orilla de un arroyo situado en el este de nuestro territorio, que bajaba de la cordillera Septentrional y al llegar a la parte llana formaba un pequeño charco  o poza.

En ese charquito caían las piedras arrastradas por el arroyo, produciendo un sonido extraño, y el español al escucharlo exclamó muy admirado: ¡¡ suena como un tamboril!!. Hoy es Tamboril el municipio más industrializado que tiene el país….”.

Segunda versión: “Tamboril, cuyo nombre poético se remonta a la colonización y conquista española, tiene un historial de luchas y sus habitantes se enfrentan ahora decididos a su progreso y bienestar”.

“La tradición señala que al paso de la hueste de Ginés de Gorvalán por la humilde aldea indígena que allí existía, acamparon cerca de las aguas crecidas del arroyo y a ellos les pareció que sonaban durante la noche como especie de un tamborito”.


Este hermoso pedazo de tradición, objetiva históricamente el contacto entre aquellos de “la humilde aldea indígena que allí existía” y el rumoroso “Tamboril” de Ginés de Gorvalán.

La profundidad intrínseca de nuestras convicciones como pueblo y su decisión inquebrantable, en términos de la nación que hemos decidido ser, comienza en el aborigen. Un Enriquillo da el paso.

El pasado habla en voz alta y marca notoriamente esa diferencia conceptual. Los héroes silenciosos que Trujillo hubo de asesinar pavimentarían el crespón de la historia desde el Altar del Sueño hasta el Morro Cristeño lejano.

El reto, evidencia una conciencia superior en nuestros actos. Dolor de juventudes de todas las edades echarían a volar sus vidas, desgarrando sus alas por una patria honrosa, en el agonizar del arenal enrojecido o el lunar silencioso en la nuca junto a la pared arrodillada.

La negritud no es un estigma. El hombre será condenado por su conducta o sus ideas, no por el matiz de su pellejo. La mulatez hermosa que nos retrata es un fermento aromático de sabor y destilado diferente, donde lo sustancial, no responde, ni tiene relación obligada, con el color del contenido.

La maldad o bondad es humana, no tiene raza ni pellejo. No nos hace superiores el pellejo blanco o inferiores el pellejo negro o el pellejo culpable. Con la etnia nacemos inevitablemente. La cultura requiere de un largo abono para enraizarse en el latir de un pueblo.

Nuestro eje racial es mulato… pero nuestra cultura despierta nos ha convertido en un grupo diferente al resto. La elocuencia de la historia lo estruja al rostro de una realidad, en distancia y estatura, recargada de dolorosas experiencias a nuestro alrededor. Debemos estar conscientes y orgullosos de nuestra fortaleza cultural histórica, y su fidelidad no admite concesiones.

Su huella, somos nosotros. Desde el balcón del tiempo, nuestras herencias nos gritan un merengue eterno y el latir de una tambora bajo la enramada azul, sin que importe el color de los pasos o las nubes… solo la fe en lo nuestro y el orgullo de defender lo que fuimos, somos y hemos decidido ser!


sábado, 15 de diciembre de 2012

Datos Que Hablan...


Según esta página En Estados Unidos hay 300 millones de armas en manos privadas, lo cual da un promedio de una por persona. En la actualidad existen 106 millones de pistolas, 105 millones de rifles y 83 millones de escopetas.

De este blog tomé estas imágenes que hablan solas.



No hay dudas, algo no marcha del todo bien. La siguiente y última imagen presenta los mismos datos 


¿Se necesitan complejas explicaciones?

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Instantes De Esperanzas...



Advirtiendo sobre la relativa paz y la débil democracia en que vivimos los dominicanos, Pablo Mckinney, que tiene nombre "in" pero que es tan nativo como nuestro ritmo merengue, dice hoy en su columna "El bulevar de la vida" este par de frases que me recuerdan tanto a nuestra queridísima América Latina: 

"… que el alma de los pueblos son sus pobres casi todos, victimas centenarias de todos los olvidos y todas las carencias."

"Y digamos que era el tiempo. ¡Joder! Que en una patria de ricos meteóricos, no puede salir tan caro ser pobre!"

jueves, 30 de agosto de 2012

Entrevista a Feynman... (I)

"Pienso que se pierden de un gran placer los que piensan que la ciencia es aburrida"






"…Verás, cuando uno pregunta ¿por qué sucede algo? ¿Cuál es la manera usual de responder? Por ejemplo: La tía Conchita está en el hospital. ¿Por qué? Porque se resbaló en el hielo y se rompió la cadera.Esa respuesta es satisfactoria para mucha gente; pero no le serviría de mucho a alguien que viene de otro planeta y no sabe nada acerca de nuestras convenciones. La respuesta no tendría sentido ¿Por qué va al hospital cuando se rompe la cadera? ¿Cómo llegas al hospital con la cadera rota? Su marido vio el accidente, llamó al hospital y enviaron una ambulancia. Todo esto es comprendido automáticamente por la gente. Cuando explicas un porqué tienes que estar dentro de ciertas condiciones que permitan algunas cosas ser ciertas. De otra forma, siempre estarás preguntando ¿por qué? ¿Por qué el marido llamó al hospital? Porque al marido le interesa la salud de su esposa. Y así preguntando empiezas a construir un entendimiento del mundo y todas sus complicaciones. Si decides seguir alguna de estas complicaciones, debes ir cada vez más profundo en distintas direcciones. Por ejemplo: podríamos preguntar: ¿Por qué se resbaló en el hielo? Porque el hielo es resbaloso, todo el mundo lo sabe. No hay problema. Pero ahora preguntas, ¿Por qué es resbaloso el hielo? Eso es interesante; el hielo es extremadamente resbaloso. ¿Y eso cómo funciona?... ¿Lo ves? Ahora solo puedes decir que estás satisfecho con “el hielo es resbaloso” o puedes continuar y resolver el porqué el hielo es resbaloso. Resulta que, en el caso del hielo, la presión ejercida por el pie sobre hace que se derrita momentáneamente, creando una superficie acuosa sobre la que uno se desliza. ¿Por qué en hielo y no en otras cosas? Porque el agua se expande cuando se congela. La presión -ejercida por el pie- trata de revertir la expansión y la derrite. ¿Por qué algunas sustancias se expanden cuando se congelan y otras no? ¡Lo sé! No estoy contestando tu pregunta, pero estoy tratando de explicar que tan complicada es una pregunta de tipo por qué."

viernes, 27 de abril de 2012

Conceptos Básicos De Álgebra Lineal... (II)



En la serie que estamos presentando, recurro a repetir ejemplos, explicaciones, de forma intencional, ya que una de las aspiraciones que tengo es que sea leída por adolescentes y neófitos en la materia. En nuestra primer post comentamos que es importante dejar atrás la sugestión de trabajar con símbolos diferentes a los números y que no podemos prescindir del lenguaje algebraico en nuestra comunicación cotidiana, por tanto debemos tener una idea clara y practica del uso de estos, pero antes debemos hacer un aparte para hablar del uso y significado de los signos en algebra básica.

Los signos + (positivo) y –  (negativo) en aritmética tienden a traer confusión en el estudiante, y no digamos en el álgebra básica. Los estudiantes utilizan todo el tiempo los signos + y – al sumar y restar y no tienen confusión al realizar operaciones aritméticas sencillas tales como

10-5
8-3
89-17

El problema comienza cuando cambiamos la posición de los números y de los signos, por ejemplo

-5+10
-3+8
-17+89

Las cantidades del ejemplo 1 y del ejemplo 2 son exactamente las mismas, cada cantidad y cada signo han sido respetados, pero la posición ha sido cambiada. Aquí aparece una sugestión en la mente de los neófitos; el profesor debe conocerla, tener plena conciencia de ella y por tanto debe ser eliminada  de los estudiantes, si no lo hace, entonces avanzará el programa de estudios pero una buena parte de los estudiantes se quedaran en el limbo. ¿Por qué la mayoría de los estudiantes no puede realizar el segundo ejemplo y todos pueden resolver sin problemas el primero? A primera vista no debiera haber inconvenientes para encontrar la solución, pues en ambos ejemplos la solución es exactamente la misma. Sencillo, en la mayor parte del tiempo de estudios primarios el niño no maneja el signo negativo escrito en la primera cantidad de la operación (no usare las palabras minuendo ni sustraendo, ni sumandos en ninguna entrada de la serie), esta acostumbrado por el sistema a mirar el signo negativo en medio de al menos dos cantidades y ese es precisamente el caso presentado en el ejemplo 1.

En la medida que finaliza sus estudios primarios se topa con operaciones similares a nuestro ejemplo 2, recibe explicaciones de cómo se resuelven, le explican una confusa y abstracta ley de signos etc., y mecánicamente logra resolver algunos problemas que lo preparan para pasar un examen de grado, pero de fondo no sabe. Por eso tiende a confundir la ley de signos en multiplicación y división con la de suma y resta. Se que estamos teorizando mucho, pero es imprescindible esta aclaración.

Qué hacer para acabar con la sugestión

Debemos decirle al estudiante que es conveniente y correcto al proceder a realizar la operación, colocar el número mayor sobre el número menor tanto en la suma como en la resta. En el primer ejemplo que resolveremos aplicaremos la suma.

5+23

Esta suma la escribimos de la siguiente manera

23                               Numero mayor
 5                                Numero menor
28                               Resultado

Si realizamos una resta hacemos lo mismo

23-5

Esta resta la escribimos de la siguiente manera

23                               Número mayor
- 5                               Número menor
18                               Resultado

Ahora resolveremos este último ejemplo con las mismas cantidades pero cambiando la posición de los números, respetándoles el signo

-5+23

Para resolverlo escribiremos el número mayor encima del menor, respetando el signo de cada uno

23                               Número mayor
-5                                Número menor
18                               Resultado
   
Como podemos ver, no importa la posición donde coloquemos los números, si tenemos el cuidado de escribir cada uno con sus respectivos signos, el resultado será exactamente el mismo.

Cuándo sumar o cuándo restar y qué signo colocarle al resultado de la suma o resta

De la correcta explicación a esta cuestión depende enormemente que los estudiantes no tengan confusión al realizar estas operaciones básicas del álgebra. La respuesta es sencilla, cuando dos números tienen signos diferentes los restamos. No importa si el signo – (negativo o menos) está escrito en la primera cantidad o en la segunda. Si ambas cantidades tienen signos diferentes, o sea, si una tiene signo negativo y la otra signo positivo, hay una resta. Al resultado de la suma o de la resta debemos colocarle el signo del número con mayor valor absoluto, o dicho mas sencillo, el signo del número mayor. Veamos los ejemplos siguientes

23-8               en este caso 23 es positivo (+) y 8 es negativo (-) ambos tienen signos diferentes, debemos restar. Con resultado positivo ya que el 23 es mayor.
  
15-17               15   es positivo (+) y 17 es negativo (-) debemos restar. El resultado es negativo ya que el 17 es el mayor.

-18+11             18 es negativo (-) y 11 es positivo (+) debemos restar. El resultado es ne-
                           tivo ya que el 18 es mayor.

-1+5                  1 es negativo (-) y 5 es positivo (+) debemos restar. El resultado es posi-
                           tivo ya que el 5 es el número mayor.

Cuando los signos son iguales debemos sumar y al resultado le ponemos el signo que tienen ambos.

23+8               Ambos números tienen signo positivo (+) debemos sumarlos. El resulta-
                        do es positivo, porque ambos son positivos.

-15-17             ambos números tienen signo negativo (-) por ser iguales debemos sumar
                        los. El resultado es negativo, porque ambos son negativos.

-18-11             Ambos números son negativos (-) debemos sumarlos. El resultado es ne-
                        tivo, porque ambos son negativos.

No debemos olvidar que para realizar la suma o la resta debemos colocar, para mayor facilidad en la operación, el número mayor sobre el número menor, como veremos nuevamente a continuación

-18+15

-18                  Como ambas cantidades tienen signos diferentes, las restamos y al resul-
 15                   tado le ponemos el signo del número mayor, en este caso es negativo (-)
- 3 
       
-3+11

11                    Ambos tienen signos diferentes, los restamos y al resultado le ponemos el
-3                    signo positivo (+) porque el 11 es el número mayor.
 8

-13-86

-86                  Ambos tienen signos negativos (-), debemos sumarlos y al resultado le po
-13                 nemos el signo que tienen los dos.
-99

Hay razones matemáticas que explican esta llamada ley de signos y que no trataremos en esta serie de entradas sobre álgebra básica. Nos limitaremos a dar ideas prácticas que den conciencia a los lectores y seguidores de este, mi humilde rinconcito virtual. En el próximo post hablaremos de la relación que tiene lo que hemos visto hoy con el álgebra y de por qué el saber sumar o restar cantidades con signos iguales o diferentes es fundamental para poder avanzar en esta rama de las matemáticas.

domingo, 22 de abril de 2012

Conceptos Básicos de Álgebra Lineal... (I)



No estaba en mis planes hacer algunas entradas sobre los principios básicos del algebra lineal, mi idea era reorganizar las entradas sobre números, retomar la serie matemáticas cotidianas, luego hablar un poco sobre el algebra lineal, y así obedecer la secuencia correcta de aprendizaje. Pero las clases de mi hijo no me dejan otra alternativa que subir algunas entradas sobre el tema. Él, como la mayoría de estudiantes que finalizan la primaria se sugestiona cuando tiene que sumar letras y números combinados. Y con esta serie quiero, no solo ayudar a resolver problemas sencillos de algebra sino, y es lo más importante, romper con dicho temor.

En el primer curso de primaria los niños suman letras

Los niños no pueden ver los números, entre otras cosas porque no pueden palparlos, ponerlos en su boca, etc., por eso, cuando se les quiere enseñar a conocer las primeras cantidades, se apela a dibujitos de manzanas, de peras, etc., pero también se utilizan notaciones propiamente algebraicas, como las letras, por ejemplo

P + P +  P + P + P    5P

Los niños aprenden a responder el resultado de estas sumas sin mucha dificultad. Pero sucede que cuando aprenden a trabajar con los símbolos numéricos, durante casi toda la primaria no vuelven a operar cantidades representadas con letras. Por eso, si a un estudiante que finaliza los estudios medios le dices que resuelva el siguiente ejemplo, no puede hacerlo

a+a+a+a+a = 5a

Inmediatamente dice que las letras no se pueden sumar. Pero si le das una pagina de un libro y le dices que cuente todas las letras m que encuentre en ella, sin dudar ni equivocarse, procede a darte el resultado.

Si le decimos al estudiante que estamos en la hora de algebra y que sume las letras a que le pongo en un ejercicio no puede hacerlo, pero si le digo, cinco segundos después que la hora de algebra acabó y que entramos a la de literatura, que el ejercicio es sumar las letras a que encuentre en la primera pagina del libro de texto, lo hace sin titubeos…

El problema está en que al iniciar los cursos de algebra debe decírseles a los estudiantes que no hay diferencia en la operación de sumar letras especificas de un libro y sumar las letras que se usan en álgebra. Pero también, se debe aclarar que el álgebra básica es parte del lenguaje cotidiano, que no podemos prescindir de el y si lo intentamos no podemos comunicarnos correctamente, incurriríamos en absurdos.

Veamos algunos ejemplos

En un curso de literatura el profesor pide contar las letras m que aparecen en la primera página del libro de texto, los estudiantes las cuentan y tienen como resultado cincuenta m o lo que es lo mismo 50m. Luego  el profesor sugiere que cuenten las letras m de las dos paginas siguientes y los estudiantes cuentan cuarenta m en la página dos y sesenta y cinco m en la página tres. El paso siguiente es preguntar al curso cuantas letras m tenemos en la pagina uno y dos y el curso de literatura, responde sin la mas minima dificultad que tienen noventa m.  Luego pregunta cuantas m hay en las dos ultimas páginas y responden de inmediato ciento cinco m. Bien, dice el profesor, cuantas letras tenemos en las tres paginas y el curso responde a coro, tenemos ciento cincuenta y cinco m.

Cómo calcularon todas las letras m de las tres primeras paginas los estudiantes del curso de literatura?

Lo primero que hicieron fue contar una a una las letras m, en cada página. Luego sumaron el total de cada página. O sea
  
Primera página   50m
Segunda página 40m
Tercera página   65m
Total               155m

Otra forma de escribir la operación es

50m + 40m + 65m = 155m

Como estamos sumando letras m lógicamente el resultado debe ser con letra m

El ejemplo viene al caso ya que si el curso es de álgebra los estudiantes usualmente no tienen idea de qué hacer. Si el profesor de álgebra le pide a sus alumnos, en el primer día de clases que realicen la operación siguiente

5a + 2a + 9a = ___

La mayoría de los estudiantes que inician el curso no tendrán idea del resultado, incluso uno que otro opinará que no sabían que se pueden sumar letras. Cómo explicar que los mismos estudiantes en la hora de literatura no tengan dificultad en sumar letras y cuando inicia la hora de álgebra se sienten incapacitados de realizar dicha operación?

En mi opinión, no es correcto que el sistema educativo excluya el abc del álgebra de los niveles primarios. Si ya los niños demuestran que pueden sumar y restar letras,  manzanas, peras, bananas, no es justificable que desaparezca por tantos años este ejercicio algébrico.

Resumiendo, si un conjunto de estudiantes están en capacidad de sumar letras en el curso de literatura y no pueden hacerlo cuando inicia el curso de álgebra, entonces hay una confusión que debe ser comprendida y superada por el profesor correspondiente, antes de entrar de lleno en materia. También debemos aclararles a los estudiantes iniciales de álgebra lo del lenguaje cotidiano y su relación con el lenguaje algébrico, de lo indisolubles que son. Cuando compramos en el supermercado usamos lenguaje algebraico,  pues decimos

Cuatro latas de frijoles
Veinte tomates
Diez sobres de café

Sin un lenguaje ligado al algebra no podríamos decir lo que queremos adquirir, ya que en lenguaje aritmético mencionaríamos únicamente las cantidades sin especificar de que estamos hablando

Cuatro
Veinte
Diez

El álgebra resume gran parte del lenguaje cotidiano a símbolos muy prácticos, de feliz manejo. Por ejemplo, si llamamos f a las latas de frijoles t al tomate, c al café, escribiríamos el anterior ejemplo de la siguiente forma

  4f
20t
10c

Para finalizar diríamos en lenguaje cotidiano que compramos en el supermercado: cuatro latas de frijoles más veinte tomates más diez sobre de café. En álgebra lo escribimos de la siguiente manera

4f + 20t + 10c

En la siguiente entrada continuaremos con estos comentarios.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Entrevista A Maturana...


Tomada del Foro Electrónico "Grupal" de Buenos Aires



'Para mirar algo hay que soltarlo primero'

Humberto Maturana revoluciono el mundo de la ciencia con su teoría biológica del conocimiento, que afirma, entre muchas cosas, que no se puede hacer referencia a una realidad independiente del hombre. La epistemología de este biólogo chileno de 66 años, lo ha colocado entre los constructivistas radicales como von Foerster, Piaget y von Glaserfeld. Sin embargo Maturana se califica a si mismo como un determinista ciento por ciento. La entrevista que publicamos, realizada por su discípula Sima Nisis, recoge algunas de las principales ideas de Maturana, sobre todo en el campo del lenguaje y de la ética comunicativa. Siendo alumna del Dr. Humberto Maturana, comencé a descubrir en mi propia existencia, la dimensión que adquiría mi vida cuando la vivía en una realidad 'sin paréntesis', y cuando la vivía desde una 'realidad entre paréntesis'. Esta invitación a la reflexión me inspiro para realizar este coloquio y desear compartir estas preguntas cotidianas que surgían en mi a través de sus clases, la lectura de sus libros y artículos y su aplicación en investigaciones y seminarios-talleres que iban surgiendo. Por eso, este coloquio, es el fluir de conversaciones e interrogantes que emergieron y que guiaron mi deseo de recorrer un camino inusual, movida por la inquietud de ver lo que queda oculto 'del ser cotidiano'. 


EMOCIÓN Y COMUNICACIÓN:

S.N. -Doctor, mi deseo en este coloquio es llevarlo por un camino inusual, movida, tal vez, por mi deseo de ver lo que queda oculto en su ser cotidiano. En esta pregunta quiero responder a una inquietud mía: usted ha dicho que la expresión de la emoción niega la emoción que expresa, que quiere decir?

H.M. -La emoción es una dinámica corporal que se vive como un dominio de acciones, y se esta en una emoción o no. La atención a la expresión de una emoción la niega porque establece una dicotomía entre el vivir y el parecer. Solo si no soy de una cierta manera quiero parecerlo ante otro. La emoción se vive y no se expresa. El otro que me mira puede decir: 'te veo triste', y hace una apreciación sobre mi emocionar distinguiendo el dominio de acciones en que me encuentro al hacer una distinción en el dominio del hacer. Si el otro me dice: 'sientes pena', hace una apreciación sobre como me siento en mi emocionar, y hace una distinción en el dominio de la reflexión. Confundimos frecuentemente emoción con sentimiento y en el proceso negamos nuestra emoción buscando la expresión de nuestro sentir.

S.N. -Que experiencias de su infancia fueron significativas para usted, y por qué?

H.M. -Hay dos experiencias de mi infancia que quiero relatar por las reflexiones a que ellas me condujeron. En una ocasión, cuando yo tenia once años acompañe a mi madre, quien era Asistente Social, Visitadora Social se decía entonces, en una visita a una familia de obreros del ladrillo, en lo que en esa época, 1940, era Punta de Rieles, al final de Macul. Allí llegamos a una vivienda que era un hoyo rectangular en la tierra con un techo inclinado, y en cuyo interior se encontraba una mujer tendida en el suelo, enferma, cubierta de harapos. Junto a ella estaba un niño, menor que yo. Al verlo pensé: 'Yo podría ser ese niño, pero no lo soy, y nada en mi justifica el que yo tenga una casa, pobre pero casa, que yo pueda ir al colegio y comer todos los días, y que este ninio no. No es merito mio, es solo un regalo de la existencia; nada de lo que tengo me pertenece y solo me cabe estar agradecido mientras lo tenga'. Esta experiencia cambio mi vida porque desde entonces viví en la conciencia de que la vida que uno vive es solo un regalo del que no cabe otra cosa que estar agradecido, y las cosas buenas que uno viva no significan que uno sea mejor que cualquier otro que no las tenga y las cosas malas que a uno le pasan no significan tampoco que uno sea peor que otros que no las viven. Ese niño y yo éramos igualmente dignos. La otra experiencia que quiero relatar la viví en el patio de mi casa, junto a un árbol de flores lilas. Allí me encontré pensando: 'No me gusta obedecer. No quiero obedecer. Que debo hacer para no obedecer?. Si mi madre me pide que haga algo, tendré que hacerlo, no puedo decir que no, pero no quiero obedecer. Ah! ya se, lo que hare será tratar lo que deba hacer como mio, lo transformare en lo que yo quiero hacer, y gozare haciéndolo. Siempre? No! Cuando se me ordene algo que no quiera hacer mio, no lo hare, y viviré las consecuencias; Desde entonces nunca mas obedecí, ni sufrí haciendo lo que no quería hacer.

S.N. -Como descubre uno en que emoción se encuentra el otro? Parece que comunicarse es un acto de sabiduría.

H.M. -Yo pienso que eso es fácil. Basta mirar sus acciones. Si queremos conocer la emoción del otro, debemos mirar sus acciones; si queremos conocer las acciones del otro, debemos mirar su emoción. Estas miradas solo son posibles en la medida en que no prejuzguemos lo que vamos a ver antes de mirar, y ese es un acto de sabiduría.

S.N. -Usted sostiene que encontrarse en la emoción con el otro es un asunto de 'mirar', pero que sucede con un 'otro' plural, en una conferencia, por ejemplo? Como aunar las emociones?

H.M. -La respuesta es en principio fácil. Uno puede encontrarse de dos maneras con la gente: desde la postura 'ustedes no saben y yo se', o desde esta otra postura 'ustedes saben todo lo que yo voy a decir, porque todo lo que les voy a decir tiene que ver con ustedes y conmigo'. En el primer caso, el 'ustedes no saben y yo se', puedo decirlo explícitamente o simplemente estar en ese pensamiento y, por lo tanto, en una dinámica que crea distancia porque mi pretensión cognoscitiva constituye la negación del otro. Cuando eso pasa el otro entra en una dinámica emocional propia que sigue un curso discordante con el del orador. En el segundo caso, el 'ustedes saben todo lo que voy a decir.' abre la posibilidad de un conmocionar armónico porque parte de la aceptación de la legitimidad del otro o los otros.

S.N. -Usted habla de distanciamiento o acercamiento Como entiende el desapego y el apego?

H.M. -Creo que el desapego surge en el momento en que uno se da cuenta de que no es dueño de la verdad. En ese momento uno puede poner sus creencias en la observación, y ver si uno quiere o no quiere sus consecuencias. Para mirar algo hay que soltarlo primero, y el acto de soltar constituye el desapego. En el acto de mirar mis creencias me desprendo de ellas lo suficiente como para perderlas si el resultado de la reflexión así lo requiere. La verdadera dificultad esta en generar esa mirada debido al miedo que uno tiene de perder lo que posee. En la amistad uno se encuentra con el otro sin apego. El otro es legítimo en si, uno no le exige, uno solo esta en el placer de su compañía. Todos tenemos práctica en la amistad. Lo que tenemos que hacer, si queremos vivir en el desapego, es ampliar esa práctica, no solamente a estos seres que hemos escogido como nuestros amigos, sino a todo otro.

CONVERSACIÓN Y LENGUAJE:

S.N. -Los seres humanos en el vivir hablamos, conversamos. Cuando estamos en el lenguaje y cuando estamos en la conversación?

H.M. -He hablado ya de esto en el libro Emociones y Lenguaje en Educación y Política, pero brevemente puedo decir que estamos en el lenguaje cuando nos movemos en las coordinaciones de coordinaciones de  acciones en cualquier dominio que sea. Pero, el 'lenguajear' de hecho ocurre en la vida cotidiana entrelazado con el emocionar, y a lo que pasa en este entrelazamiento llamo conversar. Los seres humanos siempre estamos en la conversación, pero el lenguaje, como fenómeno, se da en el operar en coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuales recurrentes. Lo que pasa es que nuestras emociones cambian en el fluir del 'lenguajear', y al cambiar nuestras emociones cambia nuestro 'lenguajear'. Se produce un verdadero trenzado, un entrelazamiento de generación reciproca del 'lenguajear' y del emocionar. Eso es el conversar. Ahora mismo estamos en una conversación. Es una conversación por cuanto se da el entrelazamiento de que acabo de hablar. Estamos interesados, aburridos, alegres, enojados durante el fluir de nuestro 'lenguajear'. A veces nos movemos en una monotonía emocional, lo cual no quiere decir que no estemos en el conversar y que no nos movamos en el fluir emocional.

S.N. -Es posible, según usted, que surja la creatividad en sujetos que comparten un espacio de convivencia a cargo de un guía, por ejemplo, alumnos en un laboratorio?

H.M -Cada vez que creamos un espacio de convivencia y reflexionamos en el a través de mirar las consecuencias de nuestro quehacer en el, puede surgir algo nuevo. Por ejemplo, lo que yo hago en mi laboratorio, con mis estudiantes, lo llamo taller renacentista, pues lo manejo como un espacio en el cual los estudiantes viven en el hacer y en la reflexión sobre su hacer, en el contexto continuo de la conversación sobre el hacer en el hacer. A si, si están estudiando algún problema particular de neurobiología o de conducta, están también en el hacer experimental que ese ámbito particular de estudio tiene, y están en las conversaciones de ese quehacer y en las conversaciones que son reflexiones sobre ese quehacer. En este proceso mis estudiantes adquieren las habilidades manuales y reflexivas de ese espacio. Yo digo que mi laboratorio es un taller renacentista porque es un espacio que se reconoce directamente como un espacio del vivir, como los talleres renacentistas donde existía un artesano o un artista, y los estudiantes se transformaban a su vez en artesanos o artistas, según sus preferencias, en el convivir con el maestro.

S.N. -Un proverbio francés dice: 'Machacando se aprende el oficio'. De lo que usted dijo anteriormente parece desprenderse que para ser biólogo hay que 'biologizar', y así en todo orden de cosas.

H.M. -En el fondo ese pensamiento casi lo dice todo. La biología es un dominio de observación, de explicación y de reflexión sobre el vivir de los seres vivos. Si miro, por ejemplo, un fenómeno químico, ese fenómeno químico es biológico en la medida en que para comprenderlo debe mirársele en el contexto del vivir del ser vivo. El mismo fenómeno mirado en un tubo de ensayo no es fenómeno biológico sino que químico. Lo biológico tiene que ver con el vivir del ser vivo, por esto se aprende biología 'biologizando', en el mirar y amar a los seres vivos. En general, todo quehacer se aprende en la realización de ese quehacer. Si el quehacer es discursivo, se aprende en el discurso, si es manipulativo, se aprende manipulando. Todo conocimiento es un modo de vivir y, por lo tanto, es multidimensional y su multidimensionalidad debe adquirirse en el vivir. Por ello, por supuesto, es necesario aceptar la multidimensionalidad del dominio del conocimiento que interesa en toda su magnitud. Si usted me pregunta como se aprende a amar, la respuesta es: en el vivir las acciones que constituyen al otro como un legitimo otro en la convivencia. Naturalmente lo mismo vale si la pregunta se refiere a cualquier otro quehacer. Yo diría que aquello de lo que hay que hacerse cargo al educar, es de crear un espacio de convivencia con el niño, en el que el sea tan legitimo como el maestro o la maestra. El niño se transformara en su convivencia conmigo según la legitimidad que yo le de a su convivir conmigo. Si soy intransigente, el niño aprenderá a ser intransigente; si soy generoso, el niño aprenderá a ser generoso; si soy cuidadoso en lo que hago, el niño aprenderá a ser cuidadoso en su quehacer; si soy chabacano el niño aprenderá a ser chabacano. Y esto lo aprenderá no como algo externo sino como un modo de ser en el vivir. No es el ejemplo como un quehacer ajeno, lo que educa, sino que la participación en el quehacer que se aprende. El niño danza con el educador en el vivir. Si un niño al salir del colegio es un niño agresivo y peleador, quiere decir que ha vivido en un espacio en el cual la agresividad y la pelea son legítimas. Eso no quiere decir que el profesor ha estado diciendo que es legitimo pelear o ser agresivo, basta con que en el espacio de vivir que el o ella configura en todas sus sutilezas sea legitima la pelea o la agresión. En términos generales podemos decir que uno aprende el mundo que uno vive con el otro.

S.N. -El convivir con el otro puede traducirse en la aceptación o en el rechazo del otro, pero como vivir en la aceptación? y, diría mas, como vivir en las acciones que constituyen al otro como un legitimo otro en la convivencia?.

H.M. Convivir en la aceptación del otro como un legitimo otro es fácil. Como? Aceptando la legitimidad del otro. Por ejemplo, si pienso que un niño hace algo que esta mal porque el niño es flojo, mi conducta va a revelar lo que pienso, y va a constituir la negación del niño como flojo, si pienso que el niño hace algo que esta mal porque aun no tiene la practica adecuada que le permita hacerlo bien, mi relación con el niño va a reflejar mi darme cuenta de que la dificultad del niño en hacer lo que yo espero que haga tiene que ver con su practica y no con su ser. En el segundo caso voy a corregir la practica del niño, en el primero voy a corregir su ser. En el primer caso, al corregir al niño, lo voy a negar; en el segundo caso, al corregir la práctica, lo voy a aceptar. En el proceso de formarse como profesor o en el proceso de ser profesor, uno tiene que darse cuenta precisamente de lo que acabo de decir y aprender y practicar la distinción de estas dos acciones: la de negar al niño y la de corregir su practica. Hay algo que uno siempre sabe aunque tal vez uno no se detiene a reflexionar en ello, o porque no quiere reflexionar o porque piensa que la reflexión va a tomar mucho tiempo. Me refiero a dos cosas: la primera, es que si uno se encuentra con otro, el otro lo puede escuchar a uno solamente en la medida en que uno acepta al otro; la segunda, es que la aceptación del otro se da en la emoción y no en la razón. Esto podemos apreciarlo en los niños pequeños. Cuando uno se acerca a un niño y uno le habla fuera del espacio emocional en que el niño se encuentra, este no se acerca a uno. Uno le ofrece la mano y el niño no la toma. Pero, en el momento en que uno se encuentra en la aceptación del niño, en su emoción, el niño toma la mano. Ese gesto de tomar la mano es una acción que constituye una declaración de aceptación de la convivencia. Es como si el niño dijera estoy dispuesto a convivir contigo y, por lo tanto, a transformarme en la convivencia contigo.

S.N. -Parece que la emoción invita a desear algo...

H.M. -No, no es que la emoción invite a desear algo. Uno se encuentra en el deseo o en el rechazo. El deseo aparece como algo que le sucede a uno en el vivir. Así, por ejemplo, estamos conversando sobre el conversar y en este fluir en las coordinaciones de las coordinaciones conductuales del "lenguajear" y del emocionar entrelazados, surge el deseo de saber sobre el deseo, como algo que nos pasa desde la nada, aunque después nos parezca justificable.

LA BIOLOGIA DEL AMOR:

S.N. -Usted ha hablado de la negación y de la aceptación del otro. Esto me hace pensar en el amor y en las condiciones que deben darse para que se pueda vivir en la biología del amor.

H.M. -Pienso que las condiciones para vivir en la biología del amor son señalables solo a posteriori, como un comentario intrascendente: el amor le pasa a uno. Así, simplemente. Lo que uno puede hacer es reflexionar sobre la negación cultural del amor, aun cuando se lo destaca o valora. El amor es el dominio de las acciones que constituyen al otro como un legitimo otro en convivencia con uno. Uno se encuentra con otro y, o se encuentra en las acciones que lo constituyen como un legitimo otro en la convivencia, o no. A uno le pasa eso. También le pasa a uno que se encuentra con alguien en las acciones de rechazo, negación o indiferencia como algo que le sucede a uno porque si, desde la nada. El suceder de la experiencia le pasa a uno en el fluir del vivir. Así como el vivir humano se da en el conversar, el emocionar le sucede a uno en el fluir del conversar, y esto tiene una consecuencia fundamental: si cambia el conversar, cambia el emocionar, y lo hace siguiendo el curso del emocionar aprendido en la cultura que uno vive y ha vivido. Es debido a esto el efecto terapéutico de la reflexión como un operar que lo centra a uno en su cultura y en lo fundamental de lo humano que es el amor.

S.N. -En su libro Lenguaje y Emociones en Educación y Política usted comenta que las emociones han sido desvalorizadas por darle mayor énfasis a la razón. Que sugeriría usted para darle a las emociones el espacio que les corresponde?

H.M. -Ante todo, creo que uno tiene que aceptar su legitimidad; es decir, reconocer que lo humano no se constituye exclusivamente desde lo racional. Es cierto que lo racional es importante en el tipo de vida que vivimos, pero el primer paso para revalorar la emoción seria aceptar que entrelazado a un razonar esta siempre presente un "emocionar". En el momento en que uno ve eso se da cuenta de que es así. Se podría invitar a alguien a una reflexión en cada momento: que te esta pasando?, es una de las preguntas que muchas veces se hace en terapia o en talleres de desarrollo personal. Que te esta pasando?, es una pregunta dirigida a mirar el propio emocionar y no a mirar el propio razonar. Desde el momento en que la persona la contesta, se encuentra mirando su "emocionar". Es decir, si la invitación a esa mirada es aceptada, entonces la presencia continua de la emoción y del fluir emocional se hace aparente. Pienso que en el momento en que uno acepta la presencia de la emoción y amplia su mirada reflexiva se da cuenta de que la emoción es el fundamento de todo quehacer. El darse cuenta que trae la reflexión sobre las emociones no se puede negar. Las emociones tienen una presencia que abre un camino a la responsabilidad en el vivir. Pienso que al niño hay que invitarlo a respetar su "emocionar", dándose cuenta de el, no pedirle que lo controle o niegue. Tenemos miedo de las emociones porque las consideramos rupturas de la razón, y queremos controlarlas. Creo que el deseo de controlar las emociones tiene que ver con nuestra cultura orientada a la dicotomía de lo bueno y lo malo; se enfatiza, como línea central de la vida la lucha entre el bien y el mal, "lo bueno y lo malo". Lo malo tiene una presencia enorme, no como una falla circunstancial o como un error, sino como algo constitutivo. Ahora, desde el momento en que uno mira a los seres humanos constituidos en lo bueno y lo malo, y se vive en la lucha entre el bien y el mal, se pierde la confianza en lo humano y lo natural. Los seres humanos son malos, se dice, entonces no son confiables. La educación pasa a ser un modo de controlar la maldad, tal vez también de guiar hacia la bondad, pero sobre todo de controlar la maldad. En un momento histórico como el nuestro, descendiente del periodo histórico de la ilustración, parece que la maldad se controla con la razón y que la razón nos acerca a lo bueno. El resultado es que vivimos en lucha contra las emociones en el supuesto de que ellas nos alejan de la razón, y nos acercan a lo arbitrario que es lo malo. Esta desconfianza yo no la tengo, porque creo que lo humano no se constituye en la lucha entre el bien y el mal. La lucha entre el bien y el mal -pienso- pertenece a un momento de nuestra historia cultural, de modo que nosotros, culturalmente, estamos inmersos en esa lucha, pero ella no pertenece a la constitución de lo humano. Yo tengo confianza en la biología, en particular en la biología del amor que es el fundamento de lo social. Las relaciones humanas se ordenan desde la emoción y no desde la razón, aunque la razón de forma al hacer que el emocionar decide. Yo diría que lo que uno tiene que hacer es respetar las emociones de los niños con lo cual uno respeta su dignidad y les permite conocerlas abriendo paso a su ser responsable frente a ellas. En nuestra cultura patriarcal occidental creemos que las relaciones humanas deben controlarse porque vivimos en la mentira de la apariencia y no en el respeto por nosotros mismos y por el otro que constituye lo social, precisamente porque vivimos en la dicotomía del bien y del mal como condición transcendente y, precisamente porque vivimos así, no vivimos en la responsabilidad de nuestros actos.

S.N. -Usted invita a la reflexión, postula que el amor se da desde la biología, como llego a esto?

H.M -En un sentido estricto, yo llegue a esto sin darme cuenta. Mi reflexión comenzó al mirar a los seres vivos como sistemas autopoieticos, como sistemas en los que todo ocurre en referencia a ellos en el proceso de vivir. Eso me llevo a pensar en la convivencia que dividí en dos tipos: uno que lleva a la destrucción del convivir y otro que lleva a la realización del convivir. Uno que lleva a la separación y, por lo tanto, a la no convivencia, y otro que lleva a la conservación de la convivencia. Y así me di cuenta de que aunque ambos tipos de convivencia se realizan a través del vivir, el que lleva a la realización de la convivencia, a la realización del vivir con otro, solamente se puede dar en la medida en que la convivencia se hace en la aceptación del otro como un legitimo otro. También me di cuenta de que es solo a tal convivencia a la que nos referimos cotidianamente al hablar de lo social. Mirando a los seres vivos y su convivencia social me hice en algún momento la pregunta acerca de las emociones. Que tengo yo que mirar para decir que hay una emoción?, o que criterio aplico para decir que hay una emoción?, me pregunte. Al hacerme estas preguntas me di cuenta de que el criterio que uno aplica es el de mirar las acciones. Descubrí que las emociones corresponden a distinciones que un observador hace del dominio de acciones en que se encuentra el otro o uno. Empecé a preguntarme por el dominio de acción de las distintas emociones y descubrí que el amor es el dominio de las acciones que constituyen al otro como un legitimo otro en la convivencia con uno. Esto, naturalmente, no paso de la noche a la mañana, sino a lo largo de meses de conversar y reflexionar acerca del emocionar como fenómeno de la vida cotidiana. Al hacer esto miraba situaciones simples del vivir cotidiano como lo que pasa cuando uno sube a un bus. Uno toma el bus en un acto de confianza maravillosa, paga su pasaje, con lo cual expresa su confianza al chofer, este acepta la moneda que uno le da en un acto de confianza hacia uno como pasajero. Mi confianza hacia el chofer implica que yo no dudo que el no va a manejar a tontas y a locas produciendo un accidente, la confianza del chofer hacia mi implica aceptar que yo no lo voy a asaltar o golpear por la espalda. Es cierto que el puede mirar para atrás a través del espejo retrovisor, pero ese espejo esta destinado esencialmente a otra mirada, no a la desconfianza. Y si uno mira a su alrededor descubre que todo el mundo social se funda en ese acto de confianza. Voy al banco a depositar mi dinero, encuentro una oficina que se llama "operaciones de confianza" -interesante el nombre- deposito mi dinero en la confianza de que el cajero no me va a robar y va a anotar lo que debe anotar. El cajero acepta el dinero en la confianza de que no lo voy a engañar, es cierto que cuenta el dinero pero lo hace fundamentalmente por un asunto de orden, no de desconfianza, y aunque a veces pueda haber circunstancialmente desconfianza, todo el proceso se funda en la confianza. Visto de mas cerca se ve que la "confianza" es el fundamento del vivir mismo. Conversando hace poco con algunos amigos brasileños les decía que C.G. Jung habla de las sincronías como fenómenos especiales de coincidencias inesperadas. Pero si uno lo mira bien, ve que la sincronía es lo corriente, lo cotidiano, el fundamento de la coexistencia. Que sincronía mas maravillosa la que tiene lugar con el nacimiento de un bebe! Nace el bebe y se encuentra con la mama lista para amamantarlo, y que sincronía mas maravillosa que la madre se encuentre con un ser al que su leche alimenta y no envenena. Entonces toda esta maravillosa armonía del orden del vivir se funda esencialmente en que todo esta en su sitio, es decir, en algo equivalente a la confianza. El bebe, nace, por así decirlo, en la "confianza" de que va a haber una mama, aunque no hay premonición ni reflexión acerca de esto. Pero uno se da cuenta de que esta condición de confianza, de disposición adecuada para la convivencia como un fenómeno legítimo que constituye lo social es un fenómeno mucho más amplio, no solamente humano, sino que pertenece a todos los seres vivos. No es acaso sincronía del vivir el que en una colmena, la larvita salga del huevo y se encuentre con una abeja que la alimenta, o el insecto que pone su huevo solitario sobre un árbol o flor lo haga de manera tal que al salir una larvita esta se encuentre con una hoja que será su comida? Esa extraordinaria armonía es lo natural del vivir.

S.N. -Lo que acaba de decir esta relacionado con la enseñanza y el aprendizaje. Si en un momento usted dijo que se aprendía biología "biologizando": cree usted que se pueda aprender a amar, amando?

H.M. -Ciertamente, basta mirar lo que le pasa al niño cuando uno lo acepta en su intimidad y legitimidad. Creo que esa es la experiencia mas conmovedora que uno puede tener con un niño o con un animal. En el momento en que el niño acepta la mano que uno le ofrece, acepta la convivencia con uno, pero lo hace cuando esta reconocida su dignidad, no como una reflexión, sino como una acción que lo trata como un legitimo otro en la convivencia. Si vamos por la calle y le damos una patada a un perro que tiene miedo y no nos damos cuenta de su emocionar nos muerde. Pero acercarse a un ser que tiene miedo sin reconocer que tiene miedo y sin respetar su miedo, es negar su legitimidad, y cometer un acto de ceguera. La única forma de encontrarse con un niño o con un perro es aceptando su "emocionar", no negándoselo. Pero como acercarse a un perro con miedo? le hablamos, el perro esta asustado y nos ladra. Le hablamos sin acercarnos demasiado; le hablamos y el perro cambia su emocionar. Lo mismo ocurre con el niño. Si el niño se siente reconocido en su legitimidad, nos da la mano y en ese momento acepta el espacio de convivencia que le ofrecemos.

S.N. -En muchas oportunidades usted ha manifestado que un alto porcentaje de enfermedades en el adulto tiene como causa la falta de amor.

H.M. -Y no solamente en el adulto! El organismo como sistema existe en una armonía o coherencia interna que se pierde cuando sus relaciones e interacciones dejan de ser congruentes con esta armonía. La negación del amor rompe esta congruencia y da origen a alteraciones fisiológicas que hacen posible procesos como alteraciones en la dinámica motora, endocrina, inmunitaria, neuronal, o tisular en general. Así, gérmenes que coexisten normalmente con nosotros se hacen patógenos porque nuestra relación con ellos se altera, o se alteran procesos de regulación de la dinámica celular que resultan en disfunciones orgánicas, o sea, por alteración de la biología del amor se altera la dinámica endocrina de modo que surgen alteraciones en la dinámica tisular o, por ultimo, se altera la dinámica motora y de atención y surgen u ocurren accidentes por cegueras o esfuerzos desmedidos. Todos los fenómenos del vivir se pueden vivir en la armonía de su legitimidad desde la biología del amor, incluso una perdida. Pero para que esto sea así, el niño debe crecer en la dignidad del respeto por si mismo y por el otro que trae consigo la biología del amor. Pienso que la mayor parte del sufrimiento humano, y la mayoría de las enfermedades humanas tienen su origen en la negación del amor. Cuando el animal, humano o no humano, vive en congruencia con su circunstancia, salvo que tenga una alteración anatómica o fisiológica congénita que lo saque de lo normal, vive en armonía con su circunstancia, lo que implica una armonía fisiológica. No hay distorsiones en la tensión muscular, no hay desviaciones en los sistemas endocrino, nervioso e inmunitario, cualquiera sea el momento del vivir. La mayor parte del sufrimiento es por distorsión del cuerpo, y con esto quiero decir distorsión muscular, distorsión tensional sobre los huesos, sobre los sistemas nervioso y endocrino. Se crea así un desbalance o distorsión del sistema inmunitario que crea a su vez toda clase de procesos internos que alteran la regulación normal de la constitución y estabilización de procesos de expresión génica. La existencia de un ser vivo en armonía con su circunstancia se da en la armonía interna que le permite, como al esquiador que se desliza según la curvatura del terreno, moverse adecuadamente en un espacio de existencia legitima, y la única circunstancia que hace que la existencia humana sea legitima, es la armonía con la circunstancia del otro. Somos humanos en tanto somos animales que vivimos unos con otros en el conversar y eso se da sin lucha y sin conflicto solamente en la aceptación del otro como legitimo otro en la convivencia. Si el niño crece en el amor se respetara a si mismo, y respetara a los otros. El crecer con respeto por si mismo y respeto por el otro, no asegura una conducta especifica ni una vida sin accidente ni dolor, pero asegura una vida en la cual el niño y luego el adulto pueden moverse en congruencia con su circunstancia y vivir los sucesos del vivir en legitimidad social, es decir, como seres responsables de sus actos porque aceptan sus emociones.

S.N. -Si todo parece tan fácil por que la vida cotidiana no se da de esa manera?

H.M -Porque vivimos una cultura que niega el amor al darle un carácter especial subiéndolo al pedestal de la virtud. Vivimos una cultura que esta centrada en la distinción entre el bien y el mal, en la exigencia de la obediencia y, por lo tanto, en la desconfianza, y no vemos que sin confianza no se constituye lo social. Por esto, aunque vivimos de actos de confianza, no lo vemos y solo vemos la desconfianza, el desamor, la competencia, la lucha. Nuestros niños crecen en un espacio pequeñísimo de confianza que es su hogar, escuchando hablar de una continua lucha con los demás, contra la naturaleza, contra los elementos, contra las enfermedades. Luchamos todo el tiempo y esa continua lucha es una continua enajenación en la desconfianza que va creando fracturas en la trama de la convivencia social. Un país es una red de pequeñas comunidades, sociales y no sociales, que configuran comunidades mas grandes, no necesariamente sociales, como las comunidades de trabajo, o como las comunidades de cercanía que no tienen una trama social. Se requiere una trama social fundamental, sin embargo, para que el país no se desmorone del todo. Pero eso no es suficiente para evitar la deformación de nuestros niños que crecen continuamente expuestos a la negación de su dignidad en la negación de la dignidad del otro, cosa que los hace progresivamente parte de un gran mundo en el que se niega lo social hablando de lo social.

S.N. -Si parece tan fácil comprender lo que usted propone, esto es, la biología del amor, por que nos cuesta tanto? o por que volvemos siempre a las conductas que la niegan? o acaso no hay esperanza? Como hacer de la comprensión de la biología del amor una posibilidad en el vivir?

H.M. -Vivimos una cultura que habla del amor pero lo niega en la acción. Esta es la cultura patriarcal europea u occidental a que pertenecemos. Esta cultura surge del encuentro de la cultura patriarcal indoeuropea que invade Europa cerca de 5.000 años antes de Cristo, y las culturas matristicas existentes allí. En este encuentro, la cultura patriarcal invasora destruye o subyuga a las culturas matristicas, y cuando las subyuga, lo matristico queda relegado a la relación materno-infantil, mientras que lo patriarcal se desenvuelve en la vida adulta, en el mundo del patriarca. Esta dualidad es aparente en la educación que damos a nuestros niños. En la infancia los guiamos en la colaboración, el respeto mutuo, la aceptación del otro, el respeto por si mismo, el compartir y la legitimidad de la sensualidad. En el pasaje a la vida adulta los guiamos en la apropiación, la lucha, la negación del otro, la competencia, la dominación y la negación de la sensualidad valorando sobre todo la razón. Es decir, guiamos a nuestros hijos durante la infancia en la biología del amor, y en la juventud los guiamos a la biología de la agresión. Así como el amor es el dominio de las acciones que constituyen a otro como un legítimo otro en convivencia con uno, la agresión es el dominio de las acciones que niegan a otro en la convivencia con uno. Los seres humanos de la cultura patriarcal europea vivimos permanente o recurrentemente en esta contradicción en nuestra vida adulta; aprendemos a amar en la infancia y debemos vivir en la agresión como adultos. Por esto el amor para nosotros se ha vuelto literatura o, lo que es lo mismo, una virtud, un deber, un bien inalcanzable o una esperanza. Para vivir en la biología del amor tenemos que recuperar la vida matristica de la infancia y para ello tenemos que atrevernos a ser nosotros mismos, atrevernos a dejar de aparentar, atrevernos a ser responsables de nuestro vivir y no pedirle al o de sentido a nuestro existir. Pero hacer todo eso, en verdad, no es tan difícil si damos el primer paso recuperando nuestra dignidad al aceptar la legitimidad del otro, quienquiera que este sea. Si usted además me pregunta como se hace eso, yo diría: si vas por un sendero y se cruza una serpiente venenosa di: Ah, una serpiente venenosa, debo dejarla pasar! Si vas por un prado y ves una mariposa di: Ah, que bella mariposa, que hermoso como vuela de flor en flor! Si vas por la ciudad y ves un ladrón, y hay para ti la posibilidad de impedir su acción, impídela... es así de fácil.