martes, 20 de marzo de 2012

Entrevista A Sagan...


Esta entrevista, muy humana, la realizó la revista Muy Interesante Nº184 en septiembre de 1996


La Ciencia me ha salvado la vida.

No deja de repetírselo a todo aquel que se lo pregunta: "A mí y a todo el mundo. A través de la moderna agricultura y de la medicina ha hecho posible que estemos todos sobre el planeta".

-Las voces contrarias a la ciencia, el ejército de pseudocientíficos, los amantes del esoterismo siguen su marcha. ¿Por qué es cada vez más popular lo paranormal?

-No estoy seguro de que sea más popular. Al fin y al cabo, cuando tenemos hambre casi todos tomamos comida producida gracias a la ciencia y la tecnología agrícola. Cuando enfermamos, casi todos nos curamos con medicinas y hacemos caso a nuestro medico. Cuando uno escucha la radio, ve la televisión o lee MUY INTERESANTE, por ejemplo, está disfrutando de los productos de la ciencia y la tecnología. Pero lo cierto es que la pseudociencia apela a lo que parece bueno, más que a lo que parece verdadero. Hace promesas que la ciencia no puede sostener, porque la ciencia no hace promesas. Juega con la ansiedad y el miedo hacia lo moderno, algo que sería legítimo si no fuera porque el único camino para superar esos temores es precisamente el progreso de la ciencia.

-La divulgación científica debe pasar, sin duda, por la denuncia del fraude pseudocientífico. Pero, ¿y si no mereciera la pena?

-Desde luego que merece la pena. Cada esfuerzo por clarificar lo que es la ciencia y de generar entusiasmo popular sobre ella es un beneficio para nuestra civilización global. Del mismo modo, demostrar la superficialidad de la superstición, la pseudociencia, el pensamiento New Age, el fundamentalismo religioso... es un servicio a la civilización y, en particular, a las instituciones democráticas.

-Sin embargo la mayoría de los científicos no se deciden a combatir con sus argumentos a los charlatanes, ¿por qué?

-Por la misma razón por la que la mayoría de los líderes religiosos no se enfrentan a los charlatanes religiosos. Pero en ambos casos, creo que es potencialmente desastroso no entrar en la batalla. Es peligroso no combatir a las pseudociencias.


-Usted ha denunciado que la pseudociencia cuenta con "la cooperación desinformada de periódicos, revistas, editoriales, radio, televisión, industrias del cine..." Ese es un ejército muy poderoso...

-Muy poderoso, desde luego. Y lo peor es que solo se deja llevar por el beneficio económico y no por el beneficio a la sociedad.

-¿Cuales son las supersticiones más peligrosas?

-Aquellas que enseñan a no desarrollar el espíritu del escepticismo, a no pensar.

-El director del CSICOP (Comité para la Investigación Científica de lo Paranormal), Paul Kurtz, declaro a MUY que la pseudociencia es una nueva religión. ¿Está usted de acuerdo?

-Hay algunos puntos de convergencia entre el pensamiento pseudocientífico y las religiones emergentes. Y las religiones, a veces, sostienen los santuarios de la pseudociencia.

-También hay quien opina que la ciencia no es más que otra creencia, otro acto de fe...

-Sí, hay una visión de que la ciencia es como otros sistemas de creencias que no se basan en realidades externas sino en prejuicios internos. Pero la amniocentesis y los sonogramas predicen el sexo de un bebe antes de nacer con un 99 por 100 de acierto. ? Quien puede decir que la ciencia es un sistema de creencias arbitrario? Los astrónomos son capaces de anticipar un eclipse solar con una precisión de un minuto en los próximos 100 años. ¿Cómo podrían hacerlo si solo se fiaran de sus prejuicios interiores? Eso no quiere decir que los científicos no cometan errores -son humanos-, pero la empresa colectiva de la ciencia es una máquina que se auto corrige con el tiempo.

-¿No cree que puede existir el peligro de hacernos unos escépticos autoritarios, y sacralizar el pensamiento científico?

-Los seres humanos corren el peligro de llegar demasiado lejos en su escepticismo, negando cualquier idea simplemente porque es nueva y no porque es contradictoria en si misma o inconsistente con lo que nosotros conocemos del mundo. Es necesario encontrar el delicado equilibrio entre el escepticismo y la capacidad de asombro, y en eso la ciencia ha demostrado ser inmensamente poderosa.

-Usted ha declarado que es un reto divulgar no solo los grandes descubrimientos de la ciencia, sino también sus errores...

-Si nosotros enseñamos a nuestros hijos cuan poderosas han sido las ideas erróneas en el pasado, entenderán mejor la necesidad de ser escépticos en el presente.

-Hay quien piensa que la ciencia se está deshumanizando. De hecho, muchos investigadores empiezan a abrir las puertas a prácticas por las que hace unos años habrían sido tachados de heréticos. Por ejemplo, el número de médicos que practican la acupuntura está creciendo...

-No hay nada malo en que los médicos investiguen la acupuntura. Si hay algo de cierto en ella, la única manera de saberlo es la investigación científica. Pero las meras afirmaciones anecdóticas de que la acupuntura alivia el dolor, o lo que sea, no son suficientes. Sabemos que existen enfermedades psicogénicas y curaciones psicogénicas. Sabemos que algunos males pueden curarse mejor con un estado mental apropiado, dispuesto para la curación.

Otros nunca se curan. En el caso de la acupuntura o cualquier otra curación alternativa que se proponga, lo importante es comprobar si realmente ofrece algo más que un simple placebo o un alivio psicológico.

-¿Podrán algún día la ciencia y la pseudociencia coincidir en un mejor conocimiento del mundo que nos rodea?

-Lo dudo. La ciencia incentiva la discusión abierta, el debate sustantivo, y es intensamente escéptica sobre las pretensiones anecdóticas y las afirmaciones de autoridad. La pseudociencia tiende a hacer justo lo contrario.

-¿El pensamiento científico es realmente democrático?

-La ciencia es más que un cuerpo de conocimientos: es una forma de pensar. Hay muchos puntos de consonancia entre la ciencia y la democracia, incluido el escepticismo hacia las pretensiones de quienes quieren imponer su autoridad.

-¿Y piensa que esa forma de pensar esta libre del control de los poderes
económicos y políticos?

-Solo depende de ellos en un sentido: las economías modernas necesitan el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Los regímenes autoritarios desearían disfrutar de los beneficios de la ciencia sin incentivar los métodos de investigación, sin invertir en ellos. Pero, a la larga, eso es una esperanza vana.

-Todo el mundo anda como loco con la revolución informática. La llegada de Internet, de la realidad virtual, de la inteligencia artificial va a modificar también la manera de hacer ciencia. De hecho, ya puede investigarse la naturaleza desde la pantalla de un ordenador, a base de simulaciones. Es la ciencia virtual...

-No estoy de acuerdo con eso. Si no observamos la naturaleza directamente, no tenemos modo de ver si nuestras teorías y modelos se corresponden con el mundo externo. No importa si los modelos están basados en potentes programas de ordenador o en unas cuantas cuartillas manuscritas, siempre debemos referirnos al mundo real. Si no, estaremos condenados a mirarnos eternamente el ombligo.

-Uno de sus objetivos fundamentales es Titán, la luna de Saturno. ¿Qué espera encontrar allí?

-Un modelo de los primeros pasos de la vida. Nuestra intención es recrear en laboratorio la atmósfera de Titán porque pensamos que allí podrían hallarse las primeras moléculas orgánicas.

-El descubrimiento de planetas fuera del Sistema Solar abre nuevas vías de investigación sobre la vida en el cosmos...

-Sí. Sería ideal si se descubriesen lunas alrededor de ellos que estuvieran lo suficientemente cerca de su estrella de referencia como para albergar vida.

Carl Sagan no para de trabajar. No lo ha hecho ni en los peores momentos de su enfermedad. Sus respuestas se suceden como si siguiera siendo aquel joven investigador que, embutido siempre en su yérsey de cuello de cisne, nos llevo de paseo por el universo, capítulo a capítulo de su serie Cosmos. Como si su vida siguiera siendo normal...

"No estoy seguro de que mi vida haya sido normal nunca -dice-. Me dedico plenamente a mi trabajo. Cuando no estoy en la Universidad de Cornell investigando, escribo mi próximo libro o asesoro para un guión de cine o televisión. Para colmo, tengo que viajar, asistir a consejos de instituciones gubernamentales o privadas, a reuniones científicas, dar charlas y conferencias... Realmente, disfruto con la variedad de cosas de la que se compone mi trabajo."

-¿Y del tiempo libre...?

-Me gusta tanto mi trabajo que ya constituye un hobby. Pero me las arreglo
para pasar bastante tiempo con mi mujer, Ann Druyan, con la que afortunadamente también comparto varios proyectos científicos, y con mis hijos.

-¿Cuáles cree que van a ser los avances científicos más espectaculares de los próximos años?

-De lo único que podemos estar seguros es de que el más alucinante de los descubrimientos es uno que aun no somos lo suficientemente sabios para imaginar. Pero nadie puede adivinar el futuro. La profecía es un arte inútil.

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