miércoles, 9 de noviembre de 2011

Reposición... (IV)

Tomado de La presencia de lo etéreo...la necesidad de decir, de fecha 18 de agosto de 2010


Yo, Creación (I)

Yo diluido en los momentos sin tiempos. Yo navegando perpetuamente en los espacios astrales indescubiertos que cubro completamente. Yo en un no día específico, con mi inmanencia en acción endógena, lo de yo andrógeno gestó... desembarazó un nuevo ente, y fue. Eterna como yo pero concedida de la ilusión, no será más: ella evoluciona. Y cada considerado instante lo inherente en ella es relativo. Yo inmanifestado, en la nueva era endoso hálito que excita a lo ponderado inerte: y mana somático... y nuevamente fue. Yo impersonal traspaso percepción y lo orgánico siente. Yo impersonal inyecto ideas y lo ilusorio de lo material usa conciencia... Yo inmanifestado actúo personal, y traduzco en ella el lenguaje ignorado, la acción eterna para lo cual fue concebida: amar...

4 comentarios:

clariana dijo...

Son textos para pensar, para meditar. Cuesta de descifrar lo qué realmente quieren decir. Pienso en mi experiencia y me doy cuenta que el yo está muy solo en su esencia, rebelándose muchas veces contra ella misma, en su lucha por sentir la comprensión de los demás. Yo evoluciono pero los otros también y el ritmo, el curso nunca es el mismo.
Me gustaría entender mejor lo que se encierra en ese texto, que no es más fácil que las Matemáticas.
Un saludo con afecto.

soy... dijo...

Hace poco subí una serie de tres entradas tituladas Yo, Evolución, en la que, en primera persona la evolución dice -no explica- el proceso que culminó en la existencia de la persona.

Yo, Creación es una serie en el mismo orden, el proceso en el cual el creador habla en primera persona sobre el proceso con el cual originó todo, incluyendo a la persona, con el sentido de la vida, desde el punto de vista de esa visión, incluido.

Luego de la última entrada de esta serie de tres, te comentaré en detalle lo que encierra el texto.

Un saludo.

Fran dijo...

Si he de buscar en el tiempo, aquello que jamás he perdido: le robaría un momento al espacio. Un nuevo ser, trae consigo la propia incomprensión y la duda existencial de un futuro. Conforme ella crece, la relatividad del tiempo se hace presente en la única manifestación posible: el yo cambiante; el yo, sin tiempo. Lo impersonal, pasa a ser algo intrapersonal, y el lazo perpetuo que los une se pone de manifiesto en el mero resguardo de las palabras.

Saludos, Maestro.

soy... dijo...

Fran

!!Que tronco de comentario regalas en mi rinconcito!!

Le añado una sola cosa: sentir, y su manifestación suprema, hasta ahora, amar, entendido como combinación racional y emocional.

Gracias por tus preclaras palabras.

Un saludo.