jueves, 30 de diciembre de 2010

Metafísica...


Si mueve su cabeza arriba o abajo o hacia ambos lados de los hombros o si quiere leer, ajusta para los diferentes tamaños de las letras y debe reiniciar el enfoque adecuado para cada situación. Esto no lo limita. Las lentes, parecidas al zum de las camaras reciben graduación rotando circularmente índices y pulgares de cada mano. Debemos figurar la tarea constante que esto le representa. Su ralentizada capacidad de reaccionar se manifiesta en la dificultad de no reconocer a ninguna distancia el rostro de las personas  y esto lo forza a mantener los dedos girando una y otra vez sobre las insólitas gafas. Pero Ariel es superior, su determinación no se trueca por ello; su capacidad en el accionar es indiscutible. Suple la limitación óptica con una significativa velocidad mental que lo ha consagrado como líder natural. Su cultura, reconocida por todos como enciclopédica complementa sus condiciones.

Al no poder distinguir amigos o conocidos y como le resulta tedioso -y odioso- manipular eternamente sus espejuelos se auxilia para el reconocimiento del entorno de sus agudizados sentidos. Como un felino, puede reconocer una voz humana a doble distancia del lindero de la audición normal. Entre todas sus capacidades sensitivas y sin compararla con el sexto sentido creado por su admirada capacidad cerebral, la mas extraña es la del olfato. Traidos por el viento llegan los aromas y sin dificultad aparente dice el nombre correspondiente de las personas que se acercan. Bien es sabido que el olfato es el acompañante eterno del sentido del gusto, sus inclinaciones alimentarias espantarían al mas encopetado mortal. Pero él es Ariel y los demás son los demás; quienes le acompañan, quienes le admiran, quienes le temen, quienes le odian saben de él.

Su habitad es de lo más regular, una casa de dos niveles con grandes ventanales de cristal rodeando todas las aristas externas del segundo piso, con profundo patio trasero donde se puede ver un estrecho y sinuoso camino tipo boulevar con árboles decorativos a ambos lados, que conduce hasta la piscina y a la izquierda de esta un gazebo de techo rojizo con algunas sillas bien dispuestas y una hamaca clásica movida por la brisa tibia del ambiente. Su sharón le generaba tal confusión que lo sentía parte de su personalidad y lo vivía como si fuera un miembro más de su cuerpo. Hubo días en los que llegó no sólo a creer sino a referirse  sobre su sharón -con la sorpresa silente de sus seguidores y amigos-  como parte activa de su físico; otros en los cuales tuvo la alucinación de nombrarlo como persona independiente.

Esta dualidad no era conocida por los seguidores, sus colaboradores cumplían disciplinadamente con la discreción de no divulgarla. Para la gente su sharón era su principal asesor. Como todo humano con discapacidades se esperan momentos de crisis con el avance de la edad; no debe desconcertar que estas cristalicen diferentes e infladas en una  identidad compleja. El dia que se desato la desgracia Ariel estaba reunido en su casa, sintió algo moverse dentro de su cuerpo seguido de una ligera nausea; pidió permiso para ir a su habitación, caminó por el corredor iluminado intensamente por luz blanca, abrió la puerta y con cierto desespere se quitó el saco y la camisa. 

No observó nada en su abdomen pero lo sentía expandirse irregularmente, como si mil brazos empujaran hacia afuera; había ingerido igual ración  y la misma  comida de siempre. Era correcto con su dieta, seguida de cerca por un nutricionista que le admiraba y que no atentaría contra él. Pensó en la bebida, en el aperitivo, en el agua; la respiración lo ahogaba, abría la boca jadeando y creyó lo peor. En un segundo sintió que un globo se inflaba en su laringe y supuso que lo que se movía en su cuerpo avanzaba hacia su cabeza. Intentó pararse de la cama sólo para darse cuenta que no era dueño de sus piernas. Luchaba como el gladiador que fué, con su alma, con su corazón. 

No podía dejarse quitar su cerebro, el ser - o seres -  que lo desalojaba del control de su cuerpo era el dueño absoluto de este. Mantendría su guerra pero ahora internamente; no podía llorar ni gritar pero no permitiría que le quitaran el soñar, era su nuevo motivo para vivir, pero vivir con sentido, como siempre consideró que hizo. No sabe el tiempo que tiene en su estado; imposibilitado de trasladarse, de sentir , de conversar, busca en todos los que recuerda la explicación de lo que considera traición pero no la encuentra. Esta respuesta se la darían unos gemidos angustiosos que escucha en su interior, gritos horrorosos que lo hacen creer que ya muerto, avanza hacia el infierno de los cristianos.

Recuerda ¡no tenía que hacer más nada! !Sólo recordar!... la playa prohibida, chatila ¿quien pensaría que son ciertas las leyendas sobre ella? ¿cómo una persona culta temblaría ante ilusas profecías? El linaje de mi sangre está privado de sus saladas aguas y yo nadé en ellas colmado de soberbia, me zambullí en chatila cuantas veces me brotaron las ganas, braceé hasta la islita de gaza y me senté en la silla sabra, burlandome de sus iconos, que es lo mismo que de su gente.

5 comentarios:

Mabel G. dijo...

Interesante... muy interesante y excelentemente redactado.
Lo disfruté Soy !
Un abrazo!

Pablo dijo...

Hola, soy seguidor de SIEMPRE de Mabel y si ella te sigue, yo te sigo también. Además leyendo tus entradas veo que son muy buenas.
Saludos.
Pablo Rondeau

soy... dijo...

Gracias por seguir el blog y bienvenido al blog pablo, ya me dare una vuelta por el tuyo.

Saludos a ambos.

Ana dijo...

¿me dices prolifíca a mí? venga ya, mírate bien, eres genial.

un besito

soy... dijo...

ana

Gracias por visitar mi blog.