viernes, 28 de enero de 2011

Nadie Habla En Nombre de Haití... (VII)


Tomado de http://vonneumannmachine.wordpress.com

El día 12 de enero se cumplió el primer año del terremoto de Haití ¿Qué ha mejorado? Nada ¿Qué ha empeorado? Todo. Iluso al fin, tenía mínimas esperanzas de que antes de acabar el mes la comunidad internacional iniciara alguna acción concreta, con un anuncio positivo, motivador, sobre el proceso de reconstrucción de Haití. Pero nada, absolutamente nada. Cuando el público lector lee la palabra reconstrucción le llega a la mente la imagen de que en Haití existía una ciudad, un estado funcional, con sus precariedades, pero funcional, lamentablemente no es así. Pero no vamos a hablar de historia. Haití no está para academia. No deja de sorprenderme las opiniones de algunos presidentes, de la ONU, del secretario general de la OEA, de  la directora general de la UNESCO, del programa mundial de alimentos, etc. sobre el tema –porque eso es lo que es- haitiano. La ausencia de responsabilidad no necesita ser analizada, casi todos hablan como si ellos no son los que tienen que resolver a mediano plazo la desgracia del sufridísimo y miserable conglomerado humano, considerado por teóricos como el único estado negro de América. 

Mientras todos huyen despavoridos de su deber, la gente haitiana se muere por millares, sin nadie que las escuche, se enferma y sufre sin nadie que las atienda. Toda la realidad de las ayudas puede ser definida con una sola palabra: limosna. el cólera causa la muerte a decenas de personas cada día, sin la posibilidad de ser enterradas, porque ni muertos, cuando ya no representan un gasto para la economía, parece que ni en ese momento merecen ser tratados como personas. Son tomadas por las piernas y brazos, subidos a un camión, y vaciados como arena en una fosa común ante la vista insensible, inhumana, de la comunidad internacional. De verdad es que ni concibo como pueden comer o beber agua esa gente que está en Haití dando limosna. No lo entiendo. Cientos de miles sin la seguridad diaria de que masticaran o de que beberán agua sana y ellos degustando de lo lindo, en medio de todo ese espanto. Y no hablo de las almas nobles, que de manera individual, dando todo lo que tienen, hasta la posibilidad de perder su vida, hacen tremendo sacrificio, manifestado en servicio, a favor de los desgraciados y abandonados haitianos.

Leí hace días en un periódico digital que Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, precisó a la comunidad internacional a cumplir las promesas hechas a Haití; sucede que los Estados Unidos, el mayor contribuyente, aplazó la casi totalidad de su ayuda, unos 1.170 millones de dólares, que para mi es irrisoria, y hasta el presente sólo ha desembolsado menos de un décimo de lo prometido. Por eso leemos en espacios informativos virtuales, noticias que dicen que hay mas de 20 millones de metros cúbicos de escombros, que la embajadora haitiana en España, Yolette Azor-Charles, consideró que la reconstrucción podría durar hasta treinta años, que La Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Acción Contra el Hambre y Ayuda en Acción criticaron la ineficacia y falta de liderazgo del Gobierno haitiano, que un año después del terremoto ha retirado menos del 5% de los escombros. Si el país que debe, en teoría, ser líder de la reconstrucción del estado haitiano se mantiene indiferente, los resultados son evidentes.

En infoabe.com hace unas semanas leí lo siguiente sobre la comisión de ayuda: "Comisión ineficaz: La comisión para la reconstrucción de Haití que co- presiden el expresidente norteamericano Bill Clinton y el ex premier haitiano Jean-Max Bellerive, es la encargada de administrar la ayuda internacional. "Hasta el momento la comisión no ha estado a la altura de su mandato", dijo esta semana Oxfam (organización humanitaria). Esa organización acusó a la comisión de falta de energía.”

En el diario digital momento24.com leemos: El Papa Benedicto XVI envió un mensaje de esperanza a los haitianos, y dijo que “la reconstrucción no debe ser solamente de las estructuras materiales, sino también de la convivencia civil, social y religiosa”, algo facilísimo de decir; recuerdo a cantinflas cuando decía, con rostro de reflexión,  “La gente debería reír más... claro, después de haber comido.” José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, dijo que la tragedia es de “proporciones históricas” y agregó “el trabajo a realizar es enorme y los obstáculos son abrumadores”, como si su papel fuera el mio, denunciar. “La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, dijo que “tan solo se ha recibido una pequeña parte de los fondos prometidos por la comunidad internacional“ sentenció “Haití necesita ayuda, no limosnas”.” Suena a buena intención, pero su indiferencia es patente,  luego de un año y miles de muertos para pronunciarse me provocan suspicacia, como si no supiéramos la buena vida que representa tener un cargo así.

En el mismo diario, leemos: “dice la portavoz de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, Elizabeth Byrs, defendió que "la respuesta de emergencia fue buena y rápida" y que "no hay que subestimar lo realizado", aunque todavía haya numerosos desafíos por delante.” Elevare mi estima, señora sínica, y esperaremos juntos, usted y yo, comiendo bueno, en los mejores hoteles del mundo, con seguridad garantizada, nuestros hijos en las mejores universidades, por algunas decenas de miles de muertos más, y de seguro que sera como usted dice.  Pero esta declaración, también en momento24.com es mejor y me pone una cremallera en la boca, por lo irrefutable que explica: “En el mismo sentido, la portavoz del Programa Mundial de Alimentos, Emilia Casella, recordó que tras el terremoto y en cuestión de una semana su organismo estaba entregando alimentos a 4 millones de haitianos y que, actualmente, 2 millones siguen beneficiándose de esta ayuda.”. entonces ¡Haití es un paraíso! Sólo esa organización le da alimento a ese numero de personas. Son verdaderos maestros de la logística y del manejo de recursos. Mejor no opino y voy a vomitar.

Fíjense amigos lectores, la diferencia que existe cuando habla la gente que piensa en la gente: “Ha pasado ya un año y la gente sigue sin hogares, trabajo, agua potable y comida. Los enfermos de VIH y Sida no tienen medicamentos. Los –escasos, palabras mías- fondos llegan al país pero no pasa nada”, dijo el activista Johnny Guaylupo, de Housing Works. Estamos aquí para decir a los líderes del mundo que un año es mucho tiempo, que hagan algo, que la gente sigue muriendo en Haití”. 

En esas pocas, descriptivas y elocuentes palabras, se siente la realidad que sufren a diario las personas de Haití.

2 comentarios:

Ana dijo...

En el último año, los haitianos se han enfrentado a desafíos abrumadores, desde el terremoto que se cobró cientos de miles de vidas, hasta un brote de cólera e inundaciones.

Hace falta más ayuda un años depués, que no caiga en el olvido.

besitos

Mabel G. dijo...

Hay que seguir alertando al mundo que HAITI necesita ayuda, que la indiferencia de los países ricos, es brutal y QUE HAY GENTE MURIENDOSE DE HAMBRE, PESTES Y ANGUSTIA.

Un fuerte abrazo amigo Soy!