miércoles, 5 de octubre de 2011

Reposición...(III)


Tomado de La presencia de lo etereo...la necesidad de decir, de fecha 19 de julio de 2010



Yo, Evolución (III)

Los estados nacientes inician el proceso de afectar el existir presente. Un mundo agobiado de sensaciones palpables, de formas y sonidos complementados, representa el triunfo innegable de la autocapacidad de mutar. La tendencia autótrofa per se de su creación no satisface el valor de las eras de empeño de su admirable esfuerzo; el cosmos no se basta con ello: quiere saberse - no sentirse- útil...¿qué frenará al cosmos de su permanente anhelo? ¿cuáles energías amontonadas construirán el dique que impida que lo completo no fracture en beneficio de lo nimio? Lo que el universo mira, es acorde con lo que oye y con lo que palpa; sintonizan en un amasijo que desespera por expulsar lo informe que en algún instante recibe. Y en un continuo proceso de curiosa y voluntaria exclusión, digiere simultaneamente el fondo anhelado que lo conecta con la tremenda realidad existente: comienza a comprenderse... y regocijado de su conquista no pende más de las asociaciones fortuitas; y festeja de su herramienta completa; la creación de su naturaleza, de su propia conciencia:iel cosmos piensa!

2 comentarios:

Fran dijo...

Cada fin, conlleva un nuevo comienzo. Cada cambio nos retrotrae a la mera esperanza de un mejor y nuevo final. Quizás, el cosmos solo quiere eso: ver hasta dónde podrá llegar. Su incomprendida existencia, quizás, solo deba presuponer una sinfonía de caos que persigue su propio orden. Un orden que cada cosa, desde la más insignificante a la más plena brinda con su propia razón de ser: el mero hecho de existir. Y así una perfecta imperfección, nos recuerda, que más allá de la lógica y la razón existe algo más grande que todo lo que conocemos y que gracias a ello, existimos nosotros: Seres insignificantes con una plausible “imaginación”. Lo que nos lleva a lo más elemental de esta existencia: Soy lo que soy… pero, ¿por lo que soy; o, por lo que pienso?

P.d. Excelente post, como siempre.

soy... dijo...

Fran

"...una perfecta imperfección, nos recuerda, que más allá de la lógica y la razón existe algo más grande que todo lo que conocemos y que gracias a ello, existimos nosotros: Seres insignificantes con una plausible “imaginación”."

Ves, aciertas nuevamente sobre el sentido de la entrada, y esas palabras apuntan en la dirección de la serie que subiré en este mes luego de algunas entradas sobre cálculo diferencial.

Como sabes, sortilegio no puede abandonar esas cosas que nos ameman, que nos transportan a esos grados etereos de felicidad. Y eso yo lo consigo con los números... y las letras.

Un placer tu comentario.

Gracias.